por David Lethei




Existen hombres inéditos, obras
inéditas
bajo cada piedra en torno
a cada posibilidad de segundo, existen
transformadores momentos infinitos que
nunca
acaban de pasar
inéditos,
monumentos, piedras angulares
de la futura historia oficial hoy;
esos inéditos deambulantes son
paseantes, testigos, meros
observadores, mas
la historia es sabia
y nunca injusta,
todo cae a su momento,
todo cae en su lugar,
los de hoy anónimos, serán
los celebrados mañana.

El silencio siempre
trabaja inédito, el amor
articula voluntades, sembradíos.
La voluntad de los hombres inéditos
erigirá las naciones que hoy
aún discuten de fronteras, los
         hombres
indiscutidamente enormes
crían a sus hijos hoy,
con dedicación y luz; los
         hombres
aún no paren las obras que
nuestros nietos y sus nietos
habrán de recordar;
inéditos
los alcances del cielo, los
pormenores del mar,
un día
los célebres fueron hombres,
meros hombres ocupados
en la labranza del espíritu
inédito,
fecunda Dios todo
lo que existe y lo que no.

Cuando aún no pase todo
lo que tenga que pasar
seguirán trabajando inéditos
las mujeres y los hombres,
los ancianos y los hijos
que posibilitan el hoy.

Mientras persista el mundo
habrán de persistir
los vividores a conciencia
concientizando a todo aquel
que tenga ojos para oír;
la vida, la vida entera es
la constancia completa y siempre inédita
de millones de millones de inéditos
construyendo un mañana mejor.